A casi un año del asesinato de Manuel Gutierrez, hijo del pueblo, seguimos construyendo Universidad Popular.
En
Luchar creemos que es importante dar un paso hacia delante y dejar
atrás el actual estado de inmovilidad que nos domina. Si bien entendemos
que este estado no es del todo casual, y que hay claros agentes que lo
promueven para ganarse un sitial en el reacomodo de los de arriba, no es
menos cierto que está en nuestras manos el revertir y posicionar, en
contraposición a los salones y cargos pomposos, el único camino para los
que queremos transformar de raíz esta sociedad, el camino de crear, con
independencia y solidaridad, poder popular.
I. Si es necesaria la movilización, es posible.
Es
de sentido común plantear que este año lo comenzamos con un piso
cualitativa y cuantitativamente mayor al de cualquier otro. Para
convencerse, basta leer comparativamente las masivas asistencias a
marchas y los avances que en el cuestionamiento al Modelo ha sostenido
el movimiento popular. Junto con evaluar que estamos en mejor pie que el
año anterior, debemos saber sopesar el incipiente estado del movimiento
trabajador, el cual aún fragmentadamente, está comenzando a asomar
cabeza, comprendiendo que el desafío es ser parte íntegra del campo
popular, pues solo de esta forma entenderemos el real sentido de nuestra
lucha.
Ahora bien, para que todo lo acumulado no sea tan
sólo una anécdota y fuerza social estancada, que pueda ser utilizada
como moneda de cambio para revitalizar una podrida institucionalidad por
medio de las elecciones de octubre, necesitamos posibilitar un segundo
semestre con objetivos y horizontes claros, un segundo semestre que nos
movilice para vencer. La movilización por una Educación Pública,
Gratuita, de Calidad, sin Mercado, desde y para el Pueblo no es tan sólo
posible sino que es necesaria en pos de:
1. Consagrar
un buen término del proceso reivindicativo que abrimos el 2011,
recabando fuerza social para la recomposición del tejido social y no
para los molinos de la institucionalidad vigente.
El
año pasado significó la apertura de la disputa de proyectos educativos.
Esta lucha que es finalmente de modelo de sociedad, consta de distintas
fases en un único camino de independencia. La fase de recomposición
dada en el primer semestre, nos ha demostrado que nada hemos de esperar
de arriba sino represión y que nada obtenemos del debate técnico en
alianza con sectores de la burguesía actualmente en el parlamento.
2. Revalidar la lucha como el único camino de los/as populares para la conquista de nuestros derechos.
Solo
a través de la acción directa de masas lograremos arrancarle al Estado
las demandas puntuales del movimiento estudiantil que dicen relación con
la agenda reivindicativa que fijamos el 2011. Por otra vía que no sea
la de la confrontación, sólo conseguiremos migajas que encubrirán
avances en el proyecto educativo de los de arriba.
3. Reconducir
las fuerzas estancadas en función del movimiento mismo y sus
expresiones políticas y no para otras instancias que no nos son propias.
El gobierno por medio de
la contención, la confusión y la represión, ha logrado avanzar, en la
agenda educativa neoliberal, y aplicar, medidas en función de aliviar
las demandas movilizadoras. Que las 'soluciones'[1] que
ellos nos entregan, sólo lo son para quienes entienden la Educación
como bien de mercado y no solucionan las demandas de fondo del
movimiento. En contraposición, hemos de demostrar que las soluciones
acordes a nuestras demandas están al alcance de la lucha.
II.- Crear para luchar.
Necesitamos
recomponer los espacios de base del movimiento estudiantil, esto
implica: comprender los conflictos locales como expresiones de
contradicciones mayores, abrir espacios de participación efectiva en las
localidades y apostar a la unidad de la izquierda que acoge la
estrategia del Poder Popular.
Cuando hablamos de Proyecto
Educativo, hablamos de una herramienta construida en la movilización,
para la consecución de una Educación desde y para el Pueblo. Entendemos
que la Educación como Derecho Social efectivo es una demanda que no es
compatible con el actual modelo de desarrollo y que nos impone el
desafío de la transformación social. No obstante, eso no quiere decir
que el proyecto educativo se debata en el plano útopico, sin rasgos
coherentes en el presente. Lejos de ello, la transformación de todo tipo
implica un camino latente en las luchas del presente y dibujándolo es
como avanzamos.
III.- Luchar para vencer.
El
año pasado logramos delinear ese camino elaborando una agenda
reivindicativa propia, que nos permitió superar la lógica reactiva a la
que estaba limitada el Movimiento y en la medida en que estos elementos
son contradictorios con la agenda gubernativa, prefiguran una disputa de
fondo y no superficial.
Estas demandas base del programa
histórico del movimiento estudiantil fueron y son aún; el aumento de
aportes basales a escuelas secundarias y establecimientos
universitarios, la derogación de la legislación que imposibilita la
organización estudiantil en planteles privados, el aumento del Aporte
Fiscal Directo, la desmunicipalización, y el establecimiento de un
Sistema de Educación Técnica digno, público y de financiamiento estatal.
Estas
demandas las hemos disputado históricamente y las elecciones
municipales no han de ser un obstáculo para este cometido. Con
independencia y con claridad acerca de nuestras reivindicaciones
inmediatas y horizontes de lucha, es que debemos movilizarnos tomando en
cuenta los aprendizajes del año pasado; ejerciendo presión directa
hacia el ejecutivo, para disputarle sólo en posición de fuerza,
evaluando a cada paso este proceso para evitar el desgaste.
Si el
año pasado logramos socializar y hacer patentes las contradicciones
presentes en el ámbito educacional. Tensionando lo que se entiende por
Educación como un bien transable en el mercado e instrumento
reproductor. Para estas movilizaciones debemos ser capaces de articular
una crítica sistémica que posibilite la extensión de la lógica de los
Derechos Sociales a la Salud, el Transporte, el Medioambiente, la
Vivienda y los Pueblos Originarios.
Hacemos un llamado a
todos los estudiantes que durante este último tiempo han dado la pelea
por la educación en la marcha, en la asamblea, en la calle y en trabajos
de coordinación territorial y multisectorial a retomar la urgencia por
la movilización. Por eso creemos que lo esencial es volver con más
fuerza este segundo semestre a nuestras localidades, sumando a más
compañeras y compañeros, para discutir las formas que tomará a nivel
nacional, sus alcances y pertinencia, e impulsar una avanzada que nos
permita vencer.
En LUCHAR sabemos que somos parte de un
conjunto popular y si queremos una victoria prolongada y definitiva,
debemos derivar fuerzas para aportar al buen desarrollo de este nuevo
despertar popular.
crear para luchar, luchar para vencer
arriba las y los que luchan !
[1] Hablamos de la reducción del interés del Crédito con Aval del Estado
(CAE) y la discursiva 'desvinculación de la banca privada en Educación'.
Así como el aumento presupuestario y de becas.
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